Presentan el libro Naturaleza muerta, obra de Ernesto Flores de Anda
Obra que fluctúa y desentraña descarnadamente el misterio de la muerte, con sus constantes de oscuridad, dolor, ausencia y silencio.
Lino Calderón
Naturaleza muerta, del joven escritor mexicano, Ernesto Flores de Anda. Nacido en Jalisco, en un lluvioso día de noviembre de 1986, sin duda está predestinado a las letras pues su complicidad con la literatura, podría decirse, es congénita. Sus influencias literarias van desde Edgar Allan Poe, pasando por Dostoievsky, José Emilio Pacheco, Arreola o Paz. Su erudita obra poética conjuga dioses griegos, héroes de la antigüedad, insectos, plantas, animales, simples objetos y profundas emociones que harán vibrar a los lectores sin excepción, quienes no se podrán sustraer a su revolucionario y sencillo estilo.
Pero también ha fluctuado en los extremos, pues tanto de manera introspectiva como abierta, ha desentrañando descarnadamente el misterio de la muerte; con sus constantes de oscuridad, dolor, ausencia y silencio.
Ernesto Flores, ha escrito incansablemente hasta volverse cómplice de las palabras, llevando sus inquietudes, emociones y percepciones, desde su corazón hasta el papel, logrando plasmar sus múltiples facetas creativas en un solo y original estilo, el que ahora nos comparte en su primera obra formal Naturaleza muerta, publicada bajo el sello Caligrama, del Grupo Editorial Penguin Random House.
Poeta por los cuatro costados, Ernesto Flores de Anda se ha forjado a sí mismo como escritor, experimentando con sus propios sentimientos y vivencias. Devorando arte sin saciarse. Sus momentos más ricos y brillantes, así como los más desgarradores y sensibles, vieron la luz en una biblioteca.
Y es a través de su pluma que ha logrado reseñar la vida. Las praderas llenas de asientos amarillos en el verano jalisciense; las violetas, los caballos, los nopales, las estrellas y los álamos de los ríos.
Flores de Anda, escribe poesía desde hace más de una década y su sensibilidad es tal que, esgrimiendo el verso, ha sabido describir el mundo con sus infalibles luces y sombras; con sus pecados y virtudes, con su geografía y sus cielos. Ha viajado y ha sido sedentario, pero eligió la vida de escritor porque para él es la más rica de todas y Naturaleza muerta es prueba de ello.
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