Lino Calderón
El consejero jurídico de la Presidencia Julio Scherer dejó el gabinete ayer martes. Se trata de uno de los hombres más decisivos del entorno presidencial y con funciones que excedieron por lejos las competencias de su cargo. Paradoja: en sus años en el Ejecutivo Scherer manejó la política interior, cuestiones de seguridad e inteligencia, e intervino en diversos asuntos del empresariado. Sin embargo, deja su cargo en medio de una serie de derrotas en el cabildeo judicial, la que supuestamente debería ser su área de mayor fortaleza.
Scherer Ibarra encumbró a Arturo Zaldívar como titular de la Corte Suprema por encima de la estrategia diseñada por Olga Sánchez Cordero, quien apuntaba a otro perfil. Pero el Consejero Jurídico tropezó cuando buscó extender el mandato de Zaldívar, movimiento que fracasó de modo rotundo por no tener apoyo entre sus pares del máximo tribunal.
A Zaldívar no lo acompañó siquiera José Luís González Alcántara Carrancá, un ministro designado por Andrés Manuel López Obrador. Un fracaso de manejo político aunque Zaldívar quiera alimentar la tesis de que la prolongación de su mandato se debió a una voluntad de la CIA.
Ese revés vino en paralelo a la caída de José Luis Vargas en el Trife. Vargas era el aliado y el principal operador de Scherer en la arena de la justicia electoral. El magistrado fue eyectado de la presidencia del tribunal y confirmó el declive de la influencia del consejero jurídico. Las apuestas por Zaldívar y Vargas habían fracasado.
El círculo primario de la 4T leyó el momento y así se iniciaron diversas maniobras contra Scherer, a quien se consideraba un vicario del proyecto presidencial de Claudia Sheinbaum. Aquellos que recelan de esa candidatura comenzaron a llevar a Palacio Nacional relatos para golpear al consejero jurídico.
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En el plano de la política el abogado terminó golpeado en la pasada elección por el resultado de la elección en Nuevo León, una contienda que era de máximo interés para Palacio Nacional y en la cual Scherer impuso a la candidata de Morena (Clara Luz Flores), que iniciaría la contienda en primer lugar para tres meses más tarde terminar cuarta.
La llegada de Adán Augusto López Hernández a Segob lo envalentoló. Scherer intentó cristalizar para sus contactos la idea de que por su buena relación con el tabasqueño, salía fortalecido a la par que su rival Sánchez Cordero partía al Senado. Pero finalmente él también se tuvo que ir.
Bajo esta misma óptica, de acuerdo con una publicación de Forbes, el jefe del ejecutivo federal aún no decide si acepta la renuncia de Scherer Ibarra, quien ha sido un personaje muy cercano al presidente López Obrador.
Julio Scherer Ibarra es hijo de Julio Scherer García, periodista clave para México desde la década de los 60, pues dirigió periódicos como Excélsior y fue cofundador de la revista Proceso. Asimismo, el colaborador de AMLO tenía pendiente la redacción del decreto para la Ley de Amnistía; no obstante, se desconoce el avance del texto y su participación en él.
La salida de Scherer Ibarra se presentó de manera intempestiva, pues en menos de 24 horas el mandatario nacional presentará su tercer informe de gobierno y no se sabía de la posibilidad de este cambio, ya que la salida de Olga Sánchez Cordero de la Secretaría de Gobernación (Segob) supuso que sería el único cambio en el gabinete del tabasqueño.
Y es que la semana pasada, Sánchez Cordero Dávila dejó Gobernación para regresar a la Cámara de Senadores y con la ayuda de Ricardo Monreal, líder de Movimiento Regeneración Nacional (Morena) en la Cámara Alta, se promovió su figura para convertirse en la nueva líder del Senado.
De tal modo que el domingo 29 de agosto, la también ministra en retiro de la Suprema Corte de Justicia de la Nación (SCJN) tomó protesta como la nueva presidenta de la Mesa Directiva del Senado de la República en el periodo de la LXV Legislatura, misma que dará inicio el miércoles 1 de septiembre.
Con esto, Sánchez Cordero tendrá que promover los pendientes del legislativo, donde el más urgente es la Ley Reglamentaria de la Revocación de Mandato, pues ésta determinará el procedimiento del proceso al que se someterá AMLO en marzo del 2022.
Mientras tanto, en el ejecutivo federal se estableció que Adán Augusto López será el nuevo titular de la Segob, dejando a tres políticos de izquierda, de gran confianza para AMLO y con una amplia experiencia en la secretaría centralizada más importante de la 4T.
De esta forma quedaron Adán Augusto López Hernández como el nuevo secretario de Gobernación, Alejandro de Jesús Encinas Rodríguez como subsecretario de Derechos Humanos, Población y Migración y Rabindranath Salazar Solorio como subsecretario de Desarrollo Democrático, Participación Social y Asuntos Religiosos.
Es así como se perfila la segunda mitad de la administración de López Obrador, con una Secretaría de Gobernación dirigida por tres personajes de confianza para AMLO y con un legislativo federal robustecido jurídicamente con la presencia de la ex ministra de la Suprema Corte en la cabeza del Senado. Finalmente, falta esperar la decisión final del mandatario respecto a la renuncia de Scherer Ibarra.
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