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A Donald Trump el intento de magnicidio lo lleva directo a la Casa Blanca
*El tema es que los promotores de los acontecimientos del 13 de julio se olvidan que tras el caldo de cultivo puede saltar la liebre de la violencia interna.
Por Salvador González Briceño*
¡Alarmas encendidas en Estados Unidos! Lo ocurrido no es poca cosa. El intento de homicidio de un candidato presidencial posiblemente levante ámpulas. Tan solo porque el ambiente político-electoral en estos momentos está más que ríspido, asoma a lo que se vivió este 13 de julio, a la violencia.
Muchas alertas pueden encuadrar en esta amenazante coyuntura, la víspera de la elección del próximo 5 de noviembre, el día de las presidenciales en Estados Unidos. Una de las cuales es que la situación puede desbordarse allende lo incontrolable. No es lo deseable, es lo posible.
Aparte que en la situación general del país no está claro quién tiene el control. Suena vacío de autoridad por el hecho que el actual presidente Joe Biden está más preocupado por parecer merecedor de la candidatura para los siguientes cuatro años —su debilidad física y senilidad normal lo delatan a cada paso, pero se empecina—, entre la ciudadanía y su propio Partido Demócrata para no ser destituido en la próxima Convención Demócrata.
Pero todavía más. Quien estuvo en la mira del tirador en Pensilvania, en un acto político para la presidencia de Estados Unidos ha sido, ni más ni menos que el candidato presidencial por el Partido Republicano y competidor de Biden, el ex presidente Donald Trump.
Por tanto, se trató del intento de un asesinato político. Que ante los espectadores de las imágenes, primero de las redes sociales y luego de la televisión oficial, lo que trajo al recuerdo fue el irresuelto crimen del presidente John F. Kennedy en 1961 en Texas. No obstante, los presidentes de ese país que han sido víctimas de actos criminales son muchos más. (Ver recuadro).
De ese modo, entre el vacío de autoridad y la crispación política que ronda con el actual ambiente electoral en Estados Unidos, surge la amenaza de quitar del camino al parecer único candidato republicano que resulta favorito entre los electores para volver a la presidencia, y de paso sacudirse al hoy presidente Biden que goza de un mayor desprestigio cada vez.
Pero a ver, ¿acaso los autores intelectuales del intento de magnicidio contra Trump habrían medido todas las aristas que esto trae consigo, como el alboroto social por pretender quitarlo del camino a la presidencia, siendo que es el favorito en las encuestas para ganar el 5 de noviembre?
Más aún, ¿calcularon los promotores que de fallar el atentado —qué mejor que así fue— contra el candidato Trump, dejaría quietos a los grupos, incluidos radicales de derecha, que se sabe lo apoyan como quedó de manifiesto durante los acontecimientos de 2021, el llamado Asalto al Capitolio aquel 6 de enero en protesta por lo que se calificó de "fraude electoral"?
Tan solo el eslogan desde su primera campaña de rescatar al país con su "Make America Great Again", o que Estados Unidos vuelva a ser grande, atrajo el interés y apoyos de quienes denostan a los demócratas y sus guerras allende las fronteras, como lo viene haciendo Biden en varios espacios geopolíticos y para el bienestar solo del llamado Estado profundo.
Por cierto, ante tales circunstancias siempre vale trabajar con la hipótesis de quién o quiénes se benefician con atentados como este fallido contra Trump. Porque ello nos aporta las mejores tesis y conclusiones. No hay falla, o difícilmente.
Pero en este caso está claro que el primer balance es en favor de la víctima, de Trump, y el saldo en contra de los perpetradores, tanto intelectuales y/o planificadores porque no han conseguido el objetivo de asesinar al candidato, como los operadores puesto que el tirador fue victimado; y las dos personas que habían sido gravemente heridas.
Se verá, pero por lo pronto el Servicio Secreto —el FBI, pues— ha informado que el atentado se investiga como "intento de asesinato", no un tiroteo cualquiera, como no lo es.
¿Qué declaró la víctima? "Fui alcanzado —Trump— por una bala que perforó la parte superior de mi oreja derecha. Supe de inmediato que algo estaba mal al escuchar un sonido de zumbido, disparos, y de inmediato sentí la bala rasgando la piel. Hubo mucho sangrado, así que me di cuenta en ese momento de lo que estaba pasando". De igual manera agradeció "al Servicio Secreto de los Estados Unidos y a todas las fuerzas del orden por su rápida respuesta al tiroteo que acaba de ocurrir en Butler, Pennsylvania... ¡Dios bendiga a América!".
Producto del peligroso encontronazo político que ronda entre los partidos Demócrata y Republicano, la víspera de la elección presidencial del 5 de noviembre, es que aparecen este tipo de amenazas.
No obstante, eso es mero reflejo de lo que se esconde tras el escenario de la política. En el fondo y tampoco tan al fondo, están los intereses que se juegan en la presente elección y lo que ambos candidatos representan siendo ocupantes de la Casa Blanca.
El primero, el demócrata Biden, es el atlantista que se erige como el señor de la guerra y para la guerra, porque es el negocio de la elite del poder en Estados Unidos, a quienes no les importa tanto ganar como hacer el negocio permanente.
El otro el republicano Trump, es el candidato que como presidente ya demostró que primero es Estados Unidos, por lo que debe ir hacia adentro, a fortalecer al país como Nación y no para el interés de los poderes oscuros que mantienen el control, desde la guerra al sector financiero hasta los medios de comunicación dominantes.
Es por ello de alta gravedad la intentona de quitar del medio a Trump. ¿Acaso por ello Biden dice a cada paso que es el único capaz de ganarle al republicano? ¿Por qué lo ha declarado con tanta seguridad? ¿Planes ocultos, porque quitando a Trump del camino la reelección es o era segura? ¿En manos de quién o quiénes está Biden que deciden por él lo que quieren, primero la guerra que el rescate del país? El caso es que la intentona no solo tiene muchas lecturas, también oculta muchos intereses. Lo del atentado lo coloca ya en la Casa Blanca. El efecto contrario.
Biden representa los intereses de sus mentores. Los de Trump no son los mismos. El tema es que los promotores de los acontecimientos del 13 de julio se olvidan que tras el caldo de cultivo puede saltar la liebre de la violencia interna. Las alarmas saltan del naranja al rojo. Son las alertas, es el peligro.
RECUADRO: ATENTADOS A PRESIDENTES EN EE.UU.
• Andrew Jackson, presidente (1829-1837) sufrió un atentado, el primero a un presidente de EE.UU.
• Abraham Lincoln, presidente de abril 1861 al día de su muerte un 4 de marzo de 1865, de un disparo en la cabeza.
• John F. Kennedy, (1961...) asesinado en noviembre de 1963 por un francotirador de un disparo en la cabeza.
• James Garfield, presidente asesinado en septiembre de 1881.
• William McKinley, presidente de marzo 1897 a septiembre 6 de 1901 cuando fue asesinado.
• Theodore Roosevelt, presidente de 1901 a marco 1909, sobrevivió con una bala en el pecho.
• Franklin D. Roosevelt, asumió el cargo en marzo de 1933, un mes antes una mujer golpeó el brazo del tirador y desvió el disparo. El alcalde de Chicago resultó gravemente herido.
• Harry S. Truman, asumió en 1949, y en noviembre de 1950 salió ileso de un intento de asesinato.
• Gerald Ford, en 1975 enfrentó dos intentos de asesinato. En septiembre y octubre.
• Ronald Reagan, resultó gravemente herido en 1981 por un intento de asesinato en hotel. Se conoce como uno de los últimos intentos de asesinato de un presidente. (Datos: https://goo.su/eZgN8).
• 13 de julio 2024, Trump candidato que la ha librado.
Director NUEVAGEOPOLITICA.COM, Correo: contacto @nuevageopolitica.com.
14 julio 2024.
A Donald Trump el intento de magnicidio lo lleva directo a la Casa Blanca
*El tema es que los promotores de los acontecimientos del 13 de julio se olvidan que tras el caldo de cultivo puede saltar la liebre de la violencia interna.
Por Salvador González Briceño*
¡Alarmas encendidas en Estados Unidos! Lo ocurrido no es poca cosa. El intento de homicidio de un candidato presidencial posiblemente levante ámpulas. Tan solo porque el ambiente político-electoral en estos momentos está más que ríspido, asoma a lo que se vivió este 13 de julio, a la violencia.
Muchas alertas pueden encuadrar en esta amenazante coyuntura, la víspera de la elección del próximo 5 de noviembre, el día de las presidenciales en Estados Unidos. Una de las cuales es que la situación puede desbordarse allende lo incontrolable. No es lo deseable, es lo posible.
Aparte que en la situación general del país no está claro quién tiene el control. Suena vacío de autoridad por el hecho que el actual presidente Joe Biden está más preocupado por parecer merecedor de la candidatura para los siguientes cuatro años —su debilidad física y senilidad normal lo delatan a cada paso, pero se empecina—, entre la ciudadanía y su propio Partido Demócrata para no ser destituido en la próxima Convención Demócrata.
Pero todavía más. Quien estuvo en la mira del tirador en Pensilvania, en un acto político para la presidencia de Estados Unidos ha sido, ni más ni menos que el candidato presidencial por el Partido Republicano y competidor de Biden, el ex presidente Donald Trump.
Por tanto, se trató del intento de un asesinato político. Que ante los espectadores de las imágenes, primero de las redes sociales y luego de la televisión oficial, lo que trajo al recuerdo fue el irresuelto crimen del presidente John F. Kennedy en 1961 en Texas. No obstante, los presidentes de ese país que han sido víctimas de actos criminales son muchos más. (Ver recuadro).
De ese modo, entre el vacío de autoridad y la crispación política que ronda con el actual ambiente electoral en Estados Unidos, surge la amenaza de quitar del camino al parecer único candidato republicano que resulta favorito entre los electores para volver a la presidencia, y de paso sacudirse al hoy presidente Biden que goza de un mayor desprestigio cada vez.
Pero a ver, ¿acaso los autores intelectuales del intento de magnicidio contra Trump habrían medido todas las aristas que esto trae consigo, como el alboroto social por pretender quitarlo del camino a la presidencia, siendo que es el favorito en las encuestas para ganar el 5 de noviembre?
Más aún, ¿calcularon los promotores que de fallar el atentado —qué mejor que así fue— contra el candidato Trump, dejaría quietos a los grupos, incluidos radicales de derecha, que se sabe lo apoyan como quedó de manifiesto durante los acontecimientos de 2021, el llamado Asalto al Capitolio aquel 6 de enero en protesta por lo que se calificó de "fraude electoral"?
Tan solo el eslogan desde su primera campaña de rescatar al país con su "Make America Great Again", o que Estados Unidos vuelva a ser grande, atrajo el interés y apoyos de quienes denostan a los demócratas y sus guerras allende las fronteras, como lo viene haciendo Biden en varios espacios geopolíticos y para el bienestar solo del llamado Estado profundo.
Por cierto, ante tales circunstancias siempre vale trabajar con la hipótesis de quién o quiénes se benefician con atentados como este fallido contra Trump. Porque ello nos aporta las mejores tesis y conclusiones. No hay falla, o difícilmente.
Pero en este caso está claro que el primer balance es en favor de la víctima, de Trump, y el saldo en contra de los perpetradores, tanto intelectuales y/o planificadores porque no han conseguido el objetivo de asesinar al candidato, como los operadores puesto que el tirador fue victimado; y las dos personas que habían sido gravemente heridas.
Se verá, pero por lo pronto el Servicio Secreto —el FBI, pues— ha informado que el atentado se investiga como "intento de asesinato", no un tiroteo cualquiera, como no lo es.
¿Qué declaró la víctima? "Fui alcanzado —Trump— por una bala que perforó la parte superior de mi oreja derecha. Supe de inmediato que algo estaba mal al escuchar un sonido de zumbido, disparos, y de inmediato sentí la bala rasgando la piel. Hubo mucho sangrado, así que me di cuenta en ese momento de lo que estaba pasando". De igual manera agradeció "al Servicio Secreto de los Estados Unidos y a todas las fuerzas del orden por su rápida respuesta al tiroteo que acaba de ocurrir en Butler, Pennsylvania... ¡Dios bendiga a América!".
Producto del peligroso encontronazo político que ronda entre los partidos Demócrata y Republicano, la víspera de la elección presidencial del 5 de noviembre, es que aparecen este tipo de amenazas.
No obstante, eso es mero reflejo de lo que se esconde tras el escenario de la política. En el fondo y tampoco tan al fondo, están los intereses que se juegan en la presente elección y lo que ambos candidatos representan siendo ocupantes de la Casa Blanca.
El primero, el demócrata Biden, es el atlantista que se erige como el señor de la guerra y para la guerra, porque es el negocio de la elite del poder en Estados Unidos, a quienes no les importa tanto ganar como hacer el negocio permanente.
El otro el republicano Trump, es el candidato que como presidente ya demostró que primero es Estados Unidos, por lo que debe ir hacia adentro, a fortalecer al país como Nación y no para el interés de los poderes oscuros que mantienen el control, desde la guerra al sector financiero hasta los medios de comunicación dominantes.
Es por ello de alta gravedad la intentona de quitar del medio a Trump. ¿Acaso por ello Biden dice a cada paso que es el único capaz de ganarle al republicano? ¿Por qué lo ha declarado con tanta seguridad? ¿Planes ocultos, porque quitando a Trump del camino la reelección es o era segura? ¿En manos de quién o quiénes está Biden que deciden por él lo que quieren, primero la guerra que el rescate del país? El caso es que la intentona no solo tiene muchas lecturas, también oculta muchos intereses. Lo del atentado lo coloca ya en la Casa Blanca. El efecto contrario.
Biden representa los intereses de sus mentores. Los de Trump no son los mismos. El tema es que los promotores de los acontecimientos del 13 de julio se olvidan que tras el caldo de cultivo puede saltar la liebre de la violencia interna. Las alarmas saltan del naranja al rojo. Son las alertas, es el peligro.
RECUADRO: ATENTADOS A PRESIDENTES EN EE.UU.
• Andrew Jackson, presidente (1829-1837) sufrió un atentado, el primero a un presidente de EE.UU.
• Abraham Lincoln, presidente de abril 1861 al día de su muerte un 4 de marzo de 1865, de un disparo en la cabeza.
• John F. Kennedy, (1961...) asesinado en noviembre de 1963 por un francotirador de un disparo en la cabeza.
• James Garfield, presidente asesinado en septiembre de 1881.
• William McKinley, presidente de marzo 1897 a septiembre 6 de 1901 cuando fue asesinado.
• Theodore Roosevelt, presidente de 1901 a marco 1909, sobrevivió con una bala en el pecho.
• Franklin D. Roosevelt, asumió el cargo en marzo de 1933, un mes antes una mujer golpeó el brazo del tirador y desvió el disparo. El alcalde de Chicago resultó gravemente herido.
• Harry S. Truman, asumió en 1949, y en noviembre de 1950 salió ileso de un intento de asesinato.
• Gerald Ford, en 1975 enfrentó dos intentos de asesinato. En septiembre y octubre.
• Ronald Reagan, resultó gravemente herido en 1981 por un intento de asesinato en hotel. Se conoce como uno de los últimos intentos de asesinato de un presidente. (Datos: https://goo.su/eZgN8).
• 13 de julio 2024, Trump candidato que la ha librado.
Director NUEVAGEOPOLITICA.COM, Correo: contacto @nuevageopolitica.com.
14 julio 2024.
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