*El mundo cambia con y pese a Estados Unidos, la Unión Europea y sus organismos militares. Por ello surge el plan del Sur Global.
[I de III partes]
Por Salvador González Briceño*
Diga lo que diga o calle la propaganda, una reunión llevada a cabo los días 16 y 17 de mayo, entre los dos grandes líderes del Sur Global, de Rusia y China, es más que noticia para Occidente: es preocupación por lo que de ahí se deriva. Más cuando se trata de una relación o "alianza estratégica" 2.0 o de altos vuelos.
Ni siquiera los motivos son poca cosa, todo lo contrario: a) por la conmemoración del 75 aniversario de las relaciones entre ambos países, China y Rusia; b) la primera visita al exterior del líder ruso Vladimir Putin reelecto para su quinto mandato apenas en marzo pasado; c) la invitación del presidente chino Xi Jinping al presidente ruso a visitar su país; d) replantear la estrategia en lo sucesivo, conforme los acontecimientos mundiales de hoy, el qué hacer con los problemas globales; e) una mera reunión entre "amigos y socios".
Y son todavía mayores las expectativas que genera una reunión de este calibre entre líderes —que se preocupen los líderes anglosajones y los europeos (la gente común mayormente tiene otros planes, como una vida mejor)—, en el resto del mundo, aquellos países que no están en la órbita de la llamada "coalición internacional" estadounidense, precisamente por los temas y las políticas que de ello se deriven en lo porvenir.
¿A qué países no les va a interesar las opciones que para el desarrollo, democrático y el libertad —sin intervencionismos— plantean ambos líderes del Sur Global? Solo los "no amigos" que han declarado la arremetida contra Moscú y Pekín por varias rutas. Como sabemos, la guerra contra Rusia que se desarrolla en Ucrania por el "Occidente colectivo" —o coalición internacional que para este caso da lo mismo—, principalmente militar, pero también comercial, económica, por los recursos naturales y financiera.
Porque los escenarios están dados, diga lo que diga o calle la propaganda occidental. Y si no lo creen, solo hay que fijarse en lo que está ocurriendo, ni siquiera en el campo de batalla donde Rusia está a punto de hacerse del control de Járkov o la ciudad de Volchansk, si se habla del "terreno de batalla", sino de la propia Europa quien hoy más que nunca es la desUnión Europea.
Pero dejemos de lado por ahora todo el desdén y maltrato que le está propinando Estados Unidos a Europa, a raíz del actual conflicto y todas las secuelas que está enfrentando y ni por eso sus líderes proponen el fin de la guerra, siguiendo la política de la Casa Blanca de aislar y hundir a Rusia con la guerra y las sanciones económicas.
Pero el Sur Global está a la expectativa. Al menos debía estarlo. Porque lo que se deriva de la cumbre entre Putin y Xi en Pekín es de interés general. Porque China y Rusia son "un componente importante de la civilización moderna, que tienen su propia opinión sobre cómo debe desarrollarse", tal cual se está gestando en los debates en todo el mundo libre.
Porque ambos pretenden un desarrollo que debe ser "constructivo, pacífico, que tenga en cuenta los intereses de todos los participantes". Putin declaró al respecto: "Todo el mundo entiende muy bien que se está creando el mundo multipolar, y es importante que los que intenten preservar su monopolio en la toma de decisiones en el mundo sobre todas las cuestiones, dándose cuenta de eso hagan todo lo que depende de ellos en este caso para que este proceso sea natural, pacífico, sin conflictos, y que se tenga plenamente en cuenta la opinión de todos los participantes de este proceso internacional".
Por cierto, que la "asociación estratégica" entre Rusia y China y su interacción —han declarado los presidentes—, cooperación y asociación "no está dirigida contra nadie. Tiene un único objetivo: "Crear mejores condiciones para el desarrollo de nuestros países y mejorar el bienestar de los pueblos chino y ruso".
Sin dejar de lado el trasfondo a estas reacciones de ambos líderes. Donde el mundo cambia con y pese a Estados Unidos, la Unión Europea y sus organismos militares. Por ello surge el plan del Sur Global, encabezado por ambos dirigentes, Putin y Xi, o Xi-Putin, para cumplir con la creación de un mundo multipolar en el siglo XXI.
Todo, en el contexto de una oleada de violencia generada por y desde Estados Unidos contra el mundo. Desde adentro, han sido los últimos presidentes quienes se identifican con las guerras; los neoconservadores que a punta de "propaganda" sobre "democracia", "libertad" y "derechos humanos", agreden en donde hay recursos de su interés.
Por ello, y a partir de la guerra en Ucrania es que se desató la presente lucha entre poderes de alcance global, geopolítica claro, misma que protagonizan por un lado el "Occidente colectivo" con Estados Unidos y sus principales socios, Gran Bretaña, Canadá, Australia, Japón y los países europeos.
Por el otro lado, China y Rusia, acompañados en gran medida por los BRICS+ (Brasil, India y Sudáfrica a lo que se suman los nuevos integrantes: Irán, Arabia Saudí, Egipto, Etiopía y Emiratos Árabes Unidos), están siendo confrontados en una guerra que ocurre en varias dimensiones, sobre el terreno como ocurre en Ucrania contra Rusia, y del comercio al ciberespacio.
Es decir, que en este sentido la guerra contra Rusia, que en primer término es militar, es distinta contra China que sobre todo es comercial. Pero contra ambas ahora potencias el "Occidente colectivo" arremete, dicen los rusos con la "guerra híbrida". Y lo es, porque se da en varios planos, terrenos o niveles, donde además de las estrategias militares resalta mayormente las sanciones económicas, financieras, de inversión y tecnológicas contra ambos países.
Distractores sobran, como atraer a China por todos los medios posibles al comercio con la Unión Europea. Sin embargo, fuera de lugar porque Biden ha emprendido sanciones contra las importaciones chinas. Todo para comenzar a minar la economía de China por negarse apoyar a Rusia. Sin olvidar que para Washington los chinos representan la "principal amenaza del siglo XXI".
Más nada afectará la relación chino-rusa ya. No es ni será posible a estas alturas de la historia. Siquiera cuando a Estados Unidos le está llegando su fatal destino, si bien no como país militarmente fuerte sí como hegemón, como único en dominar antes al mundo. A lo que se debe sumar su crisis interna.
Justamente porque ante la impotencia de Washington de contener tanto a Pekín como a Moscú de sus logros —incluso en el contexto de la globalización neoliberal; es decir, aplicando las reglas propias de Occidente—, luego entonces les declara la guerra híbrida o guerra fría 2.0. En tanto los "enemigos" plantean cooperación y fin de los conflictos.
*Director de NUEVAGEOPOLITICA.COM.
[I de III partes]
Por Salvador González Briceño*
Diga lo que diga o calle la propaganda, una reunión llevada a cabo los días 16 y 17 de mayo, entre los dos grandes líderes del Sur Global, de Rusia y China, es más que noticia para Occidente: es preocupación por lo que de ahí se deriva. Más cuando se trata de una relación o "alianza estratégica" 2.0 o de altos vuelos.
Ni siquiera los motivos son poca cosa, todo lo contrario: a) por la conmemoración del 75 aniversario de las relaciones entre ambos países, China y Rusia; b) la primera visita al exterior del líder ruso Vladimir Putin reelecto para su quinto mandato apenas en marzo pasado; c) la invitación del presidente chino Xi Jinping al presidente ruso a visitar su país; d) replantear la estrategia en lo sucesivo, conforme los acontecimientos mundiales de hoy, el qué hacer con los problemas globales; e) una mera reunión entre "amigos y socios".
Y son todavía mayores las expectativas que genera una reunión de este calibre entre líderes —que se preocupen los líderes anglosajones y los europeos (la gente común mayormente tiene otros planes, como una vida mejor)—, en el resto del mundo, aquellos países que no están en la órbita de la llamada "coalición internacional" estadounidense, precisamente por los temas y las políticas que de ello se deriven en lo porvenir.
¿A qué países no les va a interesar las opciones que para el desarrollo, democrático y el libertad —sin intervencionismos— plantean ambos líderes del Sur Global? Solo los "no amigos" que han declarado la arremetida contra Moscú y Pekín por varias rutas. Como sabemos, la guerra contra Rusia que se desarrolla en Ucrania por el "Occidente colectivo" —o coalición internacional que para este caso da lo mismo—, principalmente militar, pero también comercial, económica, por los recursos naturales y financiera.
Porque los escenarios están dados, diga lo que diga o calle la propaganda occidental. Y si no lo creen, solo hay que fijarse en lo que está ocurriendo, ni siquiera en el campo de batalla donde Rusia está a punto de hacerse del control de Járkov o la ciudad de Volchansk, si se habla del "terreno de batalla", sino de la propia Europa quien hoy más que nunca es la desUnión Europea.
Pero dejemos de lado por ahora todo el desdén y maltrato que le está propinando Estados Unidos a Europa, a raíz del actual conflicto y todas las secuelas que está enfrentando y ni por eso sus líderes proponen el fin de la guerra, siguiendo la política de la Casa Blanca de aislar y hundir a Rusia con la guerra y las sanciones económicas.
Pero el Sur Global está a la expectativa. Al menos debía estarlo. Porque lo que se deriva de la cumbre entre Putin y Xi en Pekín es de interés general. Porque China y Rusia son "un componente importante de la civilización moderna, que tienen su propia opinión sobre cómo debe desarrollarse", tal cual se está gestando en los debates en todo el mundo libre.
Porque ambos pretenden un desarrollo que debe ser "constructivo, pacífico, que tenga en cuenta los intereses de todos los participantes". Putin declaró al respecto: "Todo el mundo entiende muy bien que se está creando el mundo multipolar, y es importante que los que intenten preservar su monopolio en la toma de decisiones en el mundo sobre todas las cuestiones, dándose cuenta de eso hagan todo lo que depende de ellos en este caso para que este proceso sea natural, pacífico, sin conflictos, y que se tenga plenamente en cuenta la opinión de todos los participantes de este proceso internacional".
Por cierto, que la "asociación estratégica" entre Rusia y China y su interacción —han declarado los presidentes—, cooperación y asociación "no está dirigida contra nadie. Tiene un único objetivo: "Crear mejores condiciones para el desarrollo de nuestros países y mejorar el bienestar de los pueblos chino y ruso".
Sin dejar de lado el trasfondo a estas reacciones de ambos líderes. Donde el mundo cambia con y pese a Estados Unidos, la Unión Europea y sus organismos militares. Por ello surge el plan del Sur Global, encabezado por ambos dirigentes, Putin y Xi, o Xi-Putin, para cumplir con la creación de un mundo multipolar en el siglo XXI.
Todo, en el contexto de una oleada de violencia generada por y desde Estados Unidos contra el mundo. Desde adentro, han sido los últimos presidentes quienes se identifican con las guerras; los neoconservadores que a punta de "propaganda" sobre "democracia", "libertad" y "derechos humanos", agreden en donde hay recursos de su interés.
Por ello, y a partir de la guerra en Ucrania es que se desató la presente lucha entre poderes de alcance global, geopolítica claro, misma que protagonizan por un lado el "Occidente colectivo" con Estados Unidos y sus principales socios, Gran Bretaña, Canadá, Australia, Japón y los países europeos.
Por el otro lado, China y Rusia, acompañados en gran medida por los BRICS+ (Brasil, India y Sudáfrica a lo que se suman los nuevos integrantes: Irán, Arabia Saudí, Egipto, Etiopía y Emiratos Árabes Unidos), están siendo confrontados en una guerra que ocurre en varias dimensiones, sobre el terreno como ocurre en Ucrania contra Rusia, y del comercio al ciberespacio.
Es decir, que en este sentido la guerra contra Rusia, que en primer término es militar, es distinta contra China que sobre todo es comercial. Pero contra ambas ahora potencias el "Occidente colectivo" arremete, dicen los rusos con la "guerra híbrida". Y lo es, porque se da en varios planos, terrenos o niveles, donde además de las estrategias militares resalta mayormente las sanciones económicas, financieras, de inversión y tecnológicas contra ambos países.
Distractores sobran, como atraer a China por todos los medios posibles al comercio con la Unión Europea. Sin embargo, fuera de lugar porque Biden ha emprendido sanciones contra las importaciones chinas. Todo para comenzar a minar la economía de China por negarse apoyar a Rusia. Sin olvidar que para Washington los chinos representan la "principal amenaza del siglo XXI".
Más nada afectará la relación chino-rusa ya. No es ni será posible a estas alturas de la historia. Siquiera cuando a Estados Unidos le está llegando su fatal destino, si bien no como país militarmente fuerte sí como hegemón, como único en dominar antes al mundo. A lo que se debe sumar su crisis interna.
Justamente porque ante la impotencia de Washington de contener tanto a Pekín como a Moscú de sus logros —incluso en el contexto de la globalización neoliberal; es decir, aplicando las reglas propias de Occidente—, luego entonces les declara la guerra híbrida o guerra fría 2.0. En tanto los "enemigos" plantean cooperación y fin de los conflictos.
*Director de NUEVAGEOPOLITICA.COM.
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