El Instituto Electoral de la Ciudad de México (IECM) actuó con premeditación y dolo en el Proceso de Revocación de Mandato de Miguel Hidalgo.
Este proceso fue una simulación del IECM, el cual diseñó un procedimiento lleno de anomalías y carente de certeza, para desincentivar los mecanismos de democracia directa, con lo que se puso en riesgo la imparcialidad y credibilidad del órgano electoral local.
Nosotros sí recabamos el número de firmas requeridas, reiteramos nuestra exigencia de revisar firma por firma de manera pública y con medios de comunicación. Anunciamos que impugnaremos esta decisión para hacer valer nuestros derechos, estamos confiados que lograremos la Revocación de Mandato en MH.
Los principales obstáculos creados por el propio IECM, fueron los siguientes:
Falta de preparación y retraso en la emisión de lineamientos: El IECM no emitió convocatorias, acuerdos, lineamientos o manuales para regular la recopilación de firmas de apoyo ciudadano en tiempo y forma. Además, los lineamientos fueron aprobados posteriormente a la recolección de firmas ya en curso, lo cual evidencia una clara falta de planificación.
Insuficiente difusión del proceso: El IECM incumplió su deber de informar y fomentar la participación ciudadana en el proceso de revocación de mandato. No se llevó a cabo una campaña institucional que explicara los pasos a seguir, ni se utilizaron las redes sociales u otros medios para invitar a la ciudadanía a participar activamente.
Entrega tardía de la aplicación tecnológica: El IECM habilitó la aplicación para recabar firmas mediante dispositivos móviles de manera tardía, apenas diez días antes de la fecha límite. Esta decisión obligó a recopilar firmas en formatos impresos, generando un mayor margen de error y dificultando el proceso para los ciudadanos.
Restricción del tiempo para recabar firmas: Se otorgó un período de solo 38 días para recabar las firmas de apoyo, en comparación con los 90 días establecidos a nivel federal. Este recorte de tiempo resulta insuficiente y dificulta la participación ciudadana en el proceso de revocación de mandato.
Deficiencias en la captura y manejo de las firmas: El IECM no contrató a una empresa especializada para capturar los formatos de firmas de apoyo, dejando esta tarea en manos de su propio personal sin contar con los sistemas adecuados ni los controles necesarios.
Errores en la captura de datos: Durante las audiencias correspondientes, el Comité Promotor tuvo que subsanar 3,355 registros con errores, la mayoría de ellos atribuibles a errores de captura imputables al IECM.
No se le permitió al Comité Promotor revisar las firmas supuestamente duplicadas. No se tuvo manera de corroborar que efectivamente fueran duplicadas y no errores de captura imputables al instituto.
Se fiscalizaron los recursos utilizados por el Comité Promotor, como si fuera un partido político. El instituto diseñó un sistema de fiscalización para reportar actividades, ingresos, gastos, cuentas bancarias y hasta eliminar el secreto bancario en operaciones. Lo anterior, a pesar de que no se otorgaron prerrogativas o recursos públicos para ello.
Las firmas también de sujetaron a un escrutinio más estricto que el de las afiliaciones de un partido político local. El instituto llegó al extremo de habilitar una plataforma web para que la ciudadanía pudiera revisar si firmó. Sin lineamientos, manual ni reglamento. La Alcaldía Miguel Hidalgo utilizó dicha plataforma para invitar a personas a cancelar su firma de apoyo, a cambio de programas sociales.
Con la decisión de hoy, el IECM sepultó a la Revocación de Mandato en la Ciudad de México. No se trata solamente de Miguel Hidalgo. No habrá revocación de mandato en ninguna de las 16 demarcaciones territoriales. Lo cual hace prueba plena de que nunca existió voluntad institucional para fortalecer la democracia directa.
La historia los juzgará y este caso será motivo de estudio en foros, artículos, y tesis profesionales durante las décadas por venir.
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