Por: Noel F. Alvarado
A fin de contribuir a dotar a la ciudadanía de información respecto
del Nuevo Aeropuerto de la Ciudad de México, las diputadas Circe
Camacho Bastida, Jannete Elizabeth Guerrero Maya y Lilia María
Sarmiento Gómez, del Grupo Parlamentario del Partido del Trabajo en el
Congreso de la Ciudad de México, organizaron el foro "Alternativas
aeroportuarias ante la saturación del Aeropuerto Internacional de la
Ciudad de México Benito Juárez".
La diputada Circe Camacho expuso la importancia de la pluralidad, de
respetar las diversas posturas para efectuar un análisis más completo
y tomar mejores decisiones. "Tenemos que trasladarnos de la democracia
representativa a la democracia participativa, a que la ciudadanía
comience a tomar decisiones", dijo.
En el tema específico del nuevo aeropuerto, resaltó la importancia de
dar a la ciudadanía argumentos sólidos para tomar una decisión en la
próxima consulta.
Por su parte, la diputada Jannete Guerrero señaló que el objetivo de
este foro fue ayudar a que la ciudadanía tenga más y mejores elementos
para participar en la consulta que se efectuará para definir la
ubicación del nuevo aeropuerto, a la que definió como una decisión
trascendental para la Ciudad de México.
Martha Pérez Pineda, vecina originaria de la zona de Atenco, recordó
que se cumplieron 17 años de que a los pueblos de la zona llegó el
proyecto del nuevo aeropuerto, y como respuesta surgió el Frente de
Pueblos en Defensa de la Tierra, para oponerse a la destrucción del
Lago de Texcoco.
Valente Souza, arquitecto dedicado a Política Ambiental, relató la
historia de la Cuenca del Valle de México, e informó que sólo 17 por
ciento del agua que consume la capital llega del Sistema Cutzamala,
mientras que el resto se obtiene de pozos, ubicados en su mayoría, al
sur de la ciudad.
Informó que hay 17 cuerpos de agua, incluyendo lagos y humedales en la
Cuenca, y que ésta alberga aves migratorias que hacen recorridos de
hasta 40 mil kilómetros.
Guillermo Torres Vázquez, geógrafo de la UNAM, aseguró que entre los
problemas principales de la Ciudad de México están: su ubicación
sobre un lago seco, hundimiento diferencial, drenaje deficiente,
abastecimiento hídrico complicado, reducción en la captación de agua
pluvial y saturación aeroportuaria.
Óscar Díaz González, del Grupo Aeroportuario de la Ciudad de México,
recordó que el AICM Benito Juárez se abrió desde 1952, y que desde
hace años presenta una saturación. Cuenta con 770 hectáreas, está
rodeadas por mancha urbana y transporta anualmente a 44.7 millones de
pasajeros, con un crecimiento anual de 9 por ciento.
Indicó que hay 64 estudios técnicos que avalan la construcción de
Aeropuerto en Texcoco, que se situaría en una superficie de 5 mil
hectáreas, a sólo 5 kilómetros al noreste del actual aeropuerto, con
3 pistas de operación simultánea, por sólo una del actual.
Funcionarios del Grupo Aeroportuario, resaltaron que el aeropuerto
actual ya superó su tiempo de vida útil, y que la obra para el nuevo
aeropuerto en Texcoco ya tiene un avance del 30 por ciento, con un
proyecto de vanguardia y ejemplo de sustentabilidad.
Bertha Patricia Escalante Priego, investigadora participante en el
Programa Universitario del Medio Ambiente (PUMA), aseguró que estudios
realizados desde hace 18 años revelaron que ambientalmente era más
favorable el proyecto del aeropuerto en Tizayuca. "No es ético hacer
un aeropuerto en un santuario de aves, que afectaría a más de 200 mil
aves".
Francisco Gómez Ortigoza, de la Asociación Sindical de Pilotos
Aviadores, expresó que desde 1969 se detectó que el AICM se estaba
saturando. Aseguró que el descenso en la zona de Santa Lucía es muy
complicado, a diferencia del de Texcoco, que es muy sencillo.
Santiago López Cadena, vicepresidente del Colegio de Pilotos Aviadores
de México, señaló que el actual aeropuerto realiza 449 mil
operaciones al año; y que el proyecto de Texcoco se sustenta en
estudios realizados desde hace 20 años, mientras que el proyecto de
Santa Lucía no tiene estudios que lo respalden.
María Julieta Lamberti, investigadora del Colegio de México, afirmó
que esta institución ha efectuado estudios durante los últimos tres
años sobre el nuevo aeropuerto, y ha concluido que es un mal negocio,
con problemas de opacidad en el manejo del financiamiento,
irregularidades y falta de transparencia en las contrataciones.
Agregó que 55 por ciento de los contratos, por un total de 155 mil
millones de pesos, están concentrados en sólo cinco empresas; además
de que el proyecto produciría impactos ambientales, posee una frágil
estructura financiera, ha violado los derechos de los pueblos
originarios de la zona aledaña y tiene costos sociales y financieros
más altos que los beneficios que traería.
José Alberto Cruzado Martínez, presidente del Colegio de Ingenieros
Ambientales, en representación de la Unión Mexicana de Asociaciones de
Ingenieros, que concentra 60 agrupaciones de ingenieros, expresó que la
UMAI se inclina por continuar en el proyecto en Texcoco y emitió una
serie de recomendaciones para mitigar los daños ambientales y
ecológicos, y desarrollar un mejor esquema financiero, con rentabilidad
social y transparencia.
Consideró que la inversión en esta zona podría, incluso, propiciar el
saneamiento ambiental de un área contaminada y muy deteriorada, en
torno al Lago Nabor Carrillo.
Rogelio Rodríguez Garduño, profesor de derecho aeronáutico, con casi
50 años de experiencia en aviación, expresó que el Estado Mexicano, a
diferencia de otras naciones, no considera a la aeronáutica como una
actividad prioritaria.
Indicó que él contribuyó a la elaboración de la Ley de Aviación y
la Ley de Aeropuertos, que desde 1995 están vigentes, y que el proyecto
de Texcoco produciría un daño ambiental irreversible.
Comentó que si se desarrolla el proyecto en Santa Lucía, éste sería
un aeropuerto complementario al actual, por lo que habría que hacer a
éste más eficiente, retirar a los transportistas que brindan un
servicio deficiente, y fortalecer los aeropuertos de Toluca, Cuernavaca
y Puebla.
La diputada Circe Camacho concluyó el foro destacando lo valioso de
organizar un debate con las dos posturas principales, en favor y en
contra, lo cual ayuda a comprender la complejidad del problema, y
contribuye a brindar a la ciudadanía la información necesaria para
tomar la mejor decisión, con elementos económicos, sociales y
ambientales.
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