Por: Noel F. Alvarado
Este domingo se develó la placa alusiva al nombramiento de la pista tartán de la Villa Olímpica como Robert "Bob" Beamon, en una ceremonia en el club deportivo de este inmueble donde se invitó al nombrado atleta estadounidense.
Beamon, quien para muchos es la máxima figura de los Juegos Olímpicos de México 68, luego de imponer una marca mundial en salto de longitud que perduró por 22 años y continúa como récord olímpico, se mostró emocionado por regresar al lugar donde entrenó previo a su hazaña.
Recordó aquel momento que lo marcó en la historia del atletismo universal y lo consideró el día más importante de su vida, algo que "no podía creer" al momento de saltar y caer en la fosa de arena, cuando se confirmó su salto de 8.90 metros se puso a llorar de la felicidad.
El estadounidense presenció algunos saltos de jóvenes atletas de la selección de la Ciudad de México y selección nacional, a quienes saludó y les explicó que para alcanzar las metas siempre se tiene que trabajar con mucho esfuerzo y disciplina.
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