Por: Noel F. Alvarado
El pasado 19 de septiembre del año 2017 la Ciudad de México sufrió uno de los más grandes desastres naturales vividos en los últimos tiempos, un sismo que dejó múltiples afectaciones en nuestro territorio y en nuestras personas. Sin embargo, el impacto de las afectaciones fue diferenciado en función de diversas circunstancias como la condición de discapacidad, el nivel socioeconómico, el género, la edad, entre otras.
Es por ello, que a un año de los lamentables acontecimientos, el Consejo para Prevenir y Eliminar la Discriminación de la Ciudad de México (COPRED), hace un llamado a integrar en los protocolos de prevención y atención a emergencias, las medidas necesarias para garantizar la integridad de los grupos de atención prioritaria durante los sucesos y a atender los efectos de un desastre con enfoque particular hacia las personas en mayor vulnerabilidad.
El COPRED considera fundamental tomar en cuenta diversos elementos que permitan lograr este fin, entre ellos destacan:
· Difusión de información útil y con interpretación de calidad en lenguas nacionales distintas del español: Lengua de Señas Mexicana y lenguas originarias. Con ello, la información se vuelve accesible para personas Sordas y población indígena respectivamente y permite, a su vez, el acceso a otros derechos sin discriminación. Para ello es necesario sumarles en los protocolos de atención durante emergencias, aquellos que desarrollen las áreas encargadas de la publicidad oficial, de modo que la activación de los mecanismos de información que atienden a la diversidad lingüística del país sean inmediatos.
· Brindar atención psicológica y orientación integral a las personas que forman parte de los grupos poblacionales prioritarios, ya que se encuentran en una condición de mayor vulnerabilidad, entre ellos destacan las mujeres, las niñas y los niños, las personas mayores, la población en situación de calle, las personas con discapacidad, entre otras.
· Generar los protocolos necesarios para que las autoridades responsables de los albergues eviten excluir a la población víctima de emergencias por alguna condición social particular. Es decir, prevención de discriminación y contención del impacto diferenciado en estas poblaciones.
· Exhortar a los medios de comunicación para integrar en su programación el recuadro en Lengua de Señas Mexicana (LSM) con la finalidad de facilitar el acceso de la información a las personas Sordas. Lo anterior en cumplimiento de las disposiciones contenidas tanto en la Ley Federal de Telecomunicaciones y Radiodifusión como en la Ley General para la Inclusión de Personas con Discapacidad y sus homólogos en las entidades.
· Las acciones de atención post emergencia, servicios y otros deben de estar diseñados con perspectiva de género y enfoque diferenciado, de forma que pueda prevenirse una feminización de la pobreza que se agudiza con cualquier otra intersección, es decir, edad, discapacidad, orientación sexual, identidad de género, entre otras.
Estas acciones resultan fundamentales para generar una cultura en pro de la prevención con enfoque de inclusión y no discriminación, de esta forma, garantizaremos responder ante una emergencia con visión de trato igualitario.
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