Alta Growth Capital ha sido denunciada por los trabajadores de invertir el dinero de sus pensiones en empresas mexicanas que están en riesgo de quiebra, poniendo en riesgo los fondos de jubilación de los trabajadores.
Un incremento en el número de quejas de empresarios y trabajadores sobre Alta Growth, en torno al manejo que dan a dicho fondo, por la toma hostil de varias empresas o la quiebra de otras, como la de distribuidora de diésel marítimo Bunker's, que fuera de Luis Medina.
La empresa Alta Growth Capital, un fondo de capital privado que invierte en empresas del mercado intermedio en México, realiza inversiones de entre 10 y 20 millones de dólares que pertenecen al sistema de pensiones de bomberos y policías de los Ángeles, California.
Hay una falta de apoyo financiero para emprendedores nacionales y destacó Scott McDonough líder de Alta Growth Capital, destacando ser uno de los pocos que apoyaban este tipo de empresas en América Latina.
Sin embargo Alta Growth Capital es uno de los principales promotores de la estrategia de tomas hostiles de empresas financiadas, usando como pretexto los nobles esfuerzos del Banco Mundial, hacia actividades y proyectos a favor del desarrollo de algunos países.
La Corporación Financiera Internacional respalda 25 por ciento de las acciones de Alta Growth y que también cuenta con la palanca accionaria de Nafin, que tiene 17 por ciento de los títulos del fondo de inversión.
El caso de Bunke's es el mejor ejemplo ya que en 2011, Alta Growth Capital hizo una inversión de capital minoritario en Bunker's Group, la principal empresa de aceite marino en México. Bunkers México ingresó al mercado de la proveeduría de combustibles por una concesión otorgada por la Secretaría de Comunicaciones y Transportes (SCT), en la época de Carlos Ruiz Sacristán y que era propiedad del primo del ex funcionario, Ricardo Ruíz Medina y de Luis Medina Patiño, de acuerdo con información periodística.
En 2016, Bunkers de México se declaró en quiebra y abandonó tres barcos: Golfa I, Golfa II y Golfa III. La primera y la tercera fueron abandonadas por la empresa en Manzanillo, Colima, durante 15 meses, pero en noviembre del 2017, la Unión Nacional de Marineros logró embargarla, igual que a la Golfa II que está amarrada a uno de los muelles del puerto interior y corre el riesgo de hundirse, pero les adeudan salarios y prestaciones devengados desde 2016, los cuáles ascienden a 444 mil pesos.
Ahora se suman empresarios mexicanos a la denuncia de los trabajadores, sobre que la Alta Growth Capital, es un fondo buitre, ya es momento que la Corporación Financiera Internacional, el Banco Mundial y Nafin busquen a los empresarios de cajas de tráileres, estacionamientos y productos para perros como le ha ido con su socio gringo.
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