* México más competitivo si emplea semillas genéticamente
modificadas
Noel F. Alvarado.
México está llamado a ser un competidor más fuerte y dinámico en el comercio exterior porque tiene bases sólidas en el sector agroalimentario, pero debe voltear a ver el abanico de oportunidades y beneficios que también ofrece la biotecnología agrícola, porque ésta constituye una de las palancas emergentes y de impacto económico a nivel global.
Recientemente, el Congreso Nacional Agropecuario (CNA) destacó que el sector agroalimentario ha llegado a consolidarse como nunca antes y
ostenta un status de estratégico para nuestro país.
Lo hizo en términos generales e incluso refirió que en 2017, el volumen anual de las exportaciones de productos mexicanos fue del orden de los de 32,373 mdd.
En este contexto donde la biotecnología agrícola juega un papel preponderante, considerando que los productos, aplicaciones y procesos en los cultivos transgénicos se mantienen vigentes y más fuertes.
Y es menester abrir el conocimiento sobre ellos para ponderar sus alcances en beneficio de los productores del campo en México.
Productores e investigadores agrícolas, académicos, comunidad estudiantil e integrantes de la cadena agroalimentaria agrupados en la Alianza Protransgénicos, han sido enfáticos en que no hay riesgo alguno porque en todo el proceso que acompaña a la biotecnología agrícola, le asiste el rigor
científico.
Adicionalmente, existe valor agregado en los cultivos transgénicos y generan no sólo beneficios económicos, sino también laborales que
fomentan el empleo y ofertan mayor profesionalización y desarrollo social en toda la cadena de producción.
fomentan el empleo y ofertan mayor profesionalización y desarrollo social en toda la cadena de producción.
Hay por supuesto puntos de concordancia con AgroBIO México, un organismo especializado, cuyo acervo es rico en datos y soporte
documental, que destaca que la biotecnología agrícola aporta beneficios a la sociedad y contribuye a la protección del ambiente.
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